SOLUCIÓN FAP/DPF

El filtro de partículas Diésel DPF, también denominado FAP en algunos vehículos, es un dispositivo instalado en el sistema de escape de los vehículos diésel modernos, para reducir las emisiones y cumplir con las normas de emisiones Europeas.
El uso de los filtros DPF/FAP ha sido común en turismos y vehículos comerciales ligeros desde el año 2003, dos años antes de la entrada en vigor de la norma europea sobre emisiones Euro4, que regula los límites aceptables para las emisiones de gases de combustión de los vehículos nuevos vendidos en la Unión Europea. Las normas de emisión definen una serie de directivas de la UE con implantación progresiva y que son cada vez más restrictivas.
Las normas Euro4, Euro5 y Euro6, regulan las emisiones de la mayoría de los tipos de vehículos, incluyendo automóviles, vehículos comerciales ligeros, camiones, tractores y máquinas similares y se aplican de manera distinta en cada tipo de vehículo.
Los filtros de partículas DPF/FAP han sido diseñados para reducir las emisiones y sobre el papel deben atrapar las partículas en zonas urbanas y efectuar la regeneración en carretera, por desgracia esto no siempre es así, y genera a costosas reparaciones.
El correcto funcionamiento de los filtros DPF/FAP requiere, Al igual que cualquier tipo de filtro, una limpieza de forma regular, este es un proceso que realiza el vehículo de forma automática se conoce como regeneración y se inicia pulverizando combustible en fase de escape en el contenedor DPF/FAP, provocando la incineración de las partículas atrapadas en filtro antipartículas.
Los sistemas DPF/FAP son fuente de frecuentes averías, dado que son muchos los parámetros que influyen en su correcto funcionamiento, estos sistemas están estrechamente relacionados con otros componentes de nuestro motor, que en caso de no funcionar correctamente pueden provocar la saturación del filtro antipartículas, que a su vez puede dañar otros componentes.
Podemos tomar como ejemplo el turbo de nuestro vehículo, las unidades FAP se encuentran ubicadas relativamente cerca del turbo, una fuga de aceite en el turbo puede saturar el filtro antipartículas (DPF/FAP) y una vez saturado, este puede dañar el turbo debido al exceso de presión de retorno que provoca su saturación.
Alto kilometraje y acumulación de hollín en el filtro
Fallo en los sensores, que impiden la regeneración del filtro DPF/FAP
Problemas del motor
Imposibilidad de iniciar la regeneración en conducción urbana
Conducir a regímenes de motor muy bajos que no permiten iniciar la regeneración. En AGMTECH, disponemos de los métodos mas fiables para poder reparar, sin cambiar piezas innecesarias, a diferencia de la gran mayoría de talleres.